La Dehesa y la sostenibilidad de un ecosistema frágil

En territorios con larga historia de presencia humana, caso de la Península ibérica, no se puede comprender el funcionamiento del medio natural sin tener en cuenta la acción del hombre. Entre los múltiples ejemplos, la dehesa mediterránea representa el sistema agroforestal más representativo y emblemático. Nuestros antepasados, utilizando y gestionando sus múltiples recursos (pastos, ganado, leñas etc,), fueron modelando generación tras generación, este eco sistema que hoy en día estimamos tan valioso. Por lo tanto, si queremos conservar la dehesa debemos mantener los procesos de influencia antrópica que la originaron y mantuvieron en una especie de coevolución milenaria con la selección natural. Protegida explícitamente con rango de dos dígitos por la Directiva Hábitats, corresponde a las administraciones públicas competentes establecer, a la luz de la investigación científica y de la experiencia racional acumulada, las necesarias nonnas legales y herramientas financieras que garanticen su aprovechamiento por parte del hombre a la vez que los procesos que la originaron y que son necesarios para la conservación de su riqueza biológica y cultural.